El pasado 12 de diciembre, la Autoridad de Antigüedades de Israel junto con la empresa Y.G. Contractual y la Universidad de Haifa anunciaron el descubrimiento de una segunda sinagoga en el sector oeste del antiguo poblado de Magdala.
La segunda sinagoga data del periodo del Segundo Templo y se hallaba en el mismo asentamiento de Magdala, a tan solo 160 metros de la primera sinagoga descubierta en el año 2009.
Marcela Zapata-Meza, directora del Centro de Investigación en Culturas de la Antigüedad de la Universidad Anáhuac, es también directora del proyecto arqueológico Magdala desde el año 2010.
Desde año 2009 al 2019, se han descubierto una sinagoga del siglo primero, la piedra de Magdala, el mercado, los baños de purificación ritual, espacios domésticos y el puerto. Estos descubrimientos han arrojado luz sobre la historia judía de tiempos de Jesús.
Hablamos con Marcela acerca de este nuevo hallazgo:
Por primera vez en la historia de la arqueología bíblica se han descubierto dos sinagogas en un mismo asentamiento ¿supone esto un cambio en la idea que se tiene acerca de cómo era la vida religiosa y social de los judíos de la época?
Supone la confirmación de lo que se encuentra en algunas fuentes escritas ya que en ellas se puede leer que en pueblos grandes y ciudades es común encontrar dos sinagogas (Hechos 24, 12 “y no me hallaron disputando con ninguno, ni amotinando a la multitud; ni en el templo, ni en las sinagogas ni en la ciudad” / Hechos 13, 5 “Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos”). El asentamiento de Magdala es hoy por hoy el unico lugar del perdiodo del Segundo Templo en el que se demuestra científicamente lo que las fuentes puntualizaban. En términos religiosos y sociales, el descubriento de esta segunda sinagoga solo reafirma lo que ya sabíamos por los materiales arqueológicos recuperados en las diversas áreas excavdas: los pobladores de Magdala eran judíos, observantes de sus leyes y tradiciones.
Basado en los extraordinarios y únicos hallazgos en Magdala hasta la fecha, ¿consideras que Magdala pudo ser un asentamiento diferente a los que le rodean?
Considero que Magdala es un asentamiento único en muchos aspecto, religiosos, económicos y culturales: a. Religiosos: dos sinagogas, una de ellas decorada ricamente al estilo herodiano, la Piedra de Magdala, cuatro baños de purificación ritual (miqwa’ot); b. Económicos: un puerto de grandes dimensiones en los que aún hay mucho por excavar pero hoy sabemos que la base de la economía era la pesca, en el mercado hemos descubierto evidencia de actividades relacionadas con la producción de pigmentos posiblemente empleados para elaborar ungüentos medicinales y cosméticos. Magdala sí es un asentamiento único en relación con los otros poblados y villas contemporáneos en tiempo y espacio.
¿Cómo crees que estos descubrimientos arqueológicos enriquecen la idea de Magdala como un lugar de encuentro entre la historia judía y cristiana?
Enriquecen la idea de Magdala, ayudan a comprender la vida judía en la Galilea del siglo I y, aún más, permiten y permitirán aportar datos para comprender la vida de los primeros cristianos y su relación con el judaísmo del siglo I.
¿Cómo ha cambiado tu vida participar y dirigir el proyecto arqueológico de Magdala?
Magdala ha cambiado mi vida, se ha convertido en el proyecto de mi vida; he madurado como arqueóloga y como persona. Me ha dado la oportunidad de conocer a extraordinarias personas que hoy son familia, y a extraordinarios investigadores de quiénes he aprendido y seguiré aprendiendo. Mi vida no la concibo sin Magdala.